En el principio no se percibe la realidad compleja, responsable y poderosamente, se es un ser humano correspondiente al vaivén de las vicisitudes de la vida cotidiana y todo se centra en emociones, deseos, necesidades, ideas, etc. la cual parece un caos.​

De pronto un impulso filosófico que es parteaguas de un sueño profundo, pero vívido, que claro, cimienta un formato con el que se ha de vivir la vida:

Est Vir Qui Adest,

adba dabar.

De los caminos enigmáticos a la luz, la ciencia y el conocimiento procuran la iluminación conciente de la consciencia que cambia las emociones que conlleva en la dirección correcta al ideal o proyecto personal que Dios confirma con el universo en una preciosa señal.

Nunca se evitan los obstáculos cuando en el camino aparecen, porque siempre van a estar presentes en forma de Esfinge; su arte es el acertijo que permite el autoconocimiento y obliga al auriga escuchar los dichos por el querer decir.

Una vez atravesando la esfinge, una fuerte energía impulsa lo que con la misma fuerza contraria se ocultaba ante la enorme importancia y valor que el deseo anhelaba.

se comienza a dar indicaciones en sueños, relaciones y/o acontecimientos escritos por el destino que ante el cumplir del deseo conciente puesto en juego y entramado ahora,  hace su realización. Se hace indispensable negociar con el ego y con Dios, por concretar  el deseo.

Y ahora producir con los roles de la vida deja ver de cerca la gestación y alumbramiento, del dicho al hecho.

MANÁ REALS es, porque el espíritu es alimento.

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